A principios del siglo XX empieza a percibirse en España una corriente en pos de la mejora de la enseñanza de las matemáticas, encabezada por Zoel García de Galdeano, y, años después, de 1925 y hasta 1960, protagoniza las reformas Pedro Puig Adam, probablemente nuestro didacta de la matemática más ilustre a lo largo de la historia. En las siguientes décadas surgen movimientos de renovación y nacen las primeras Sociedades de Profesores de Matemáticas, en lo que participan numerosos educadores, entusiastas y muy valiosos. En los últimos treinta años juegan un papel decisivo Miguel de Guzmán y, quizá aún más, Luis Rico.