Desde mi confinamiento: ideas y recursos para aprender matemáticas Luis Balbuena Castellano
Hay un tiempo para todo y todo puede pasar cuando menos te lo esperas y a nosotros, a nuestra generación, le ha tocado vivir, por primera vez, un confinamiento por la pandemia del covid-19.
Si a principios de este año 2020, nos hubieran dicho que íbamos a pasar más de cincuenta días en casa sin salir, nos hubiésemos reído de esa broma mientras brindábamos tranquilos en una terraza. Pero, sorprendentemente, así ha sido.
Tanto tiempo en casa sacó a relucir a los balcones las virtudes, hobbies y talentos de muchas personas. Otras, en la intimidad de las cuatro paredes de nuestra casa, hicimos bricolaje, bizcochos, gimnasia en el salón, desempolvamos viejos libros, retornamos a los discos de vinilo, compartimos la espera en torno a olvidados juegos de mesa… y aplaudimos a rabiar.
Todos los días mandábamos nuestro apoyo a todos los héroes que, siendo personas normales y corrientes, no han parado de trabajar para controlar la pandemia. En especial, homenajeamos a los sanitarios que estaban en primera línea luchando, pero no nos olvidamos de aquellas personas que, por sus profesiones se convirtieron en vitales para que el corazón de la sociedad, pese al letargo, siguiera latiendo: personal de limpieza, fuerzas públicas, militares, bomberos, agricultores, tenderos, transportistas, farmacéuticos, repartidores, profesores y un largo etc.
Los demás, pusimos nuestro granito de arena quedándonos en casa.
Como ya dijimos, estando confinados cada uno perdió el tiempo o lo invirtió como quiso. Este es el caso de nuestro amigo Luis Balbuena Castellano, quien, a principios de abril puso en marcha a través de las redes sociales, “Ejercitando las neuronas”, una colección de ejercicios y cuestiones matemáticas para hacernos pensar y sobrellevar mejor la reclusión.
Dicha iniciativa tuvo tanto éxito que se completó en “Desde mi confinamiento: ideas y recursos para aprender matemáticas“.
Lo que más llama la atención del libro, es que cada capítulo comienza con un ‘Sorbito de Mates’, donde el autor de forma amena nos descubre que las matemáticas están en todo lo cotidiano, en lo que todo el mundo ve y pocos miran, ámbito en el que él es todo un referente– véase su bibliografía –.
Cada “chupito” o sorbito como él los llama, viene acompañado de dos retos a los que el lector tiene la oportunidad de enfrentarse poniendo a prueba distintas estrategias como contar, generalizar, iterar, imaginar… para llegar a la solución o soluciones.
Por último, destacamos, el autor consigue llamar nuestra atención para profundizar más en los temas tratados (rectángulos, banderas, frisos, cruces, calendarios…) y nos invita a usar los sorbitos y los retos como recursos didácticos que lleguen a las aulas para acabar de una vez por todas con “¿y eso para qué sirve?”.
Todo ello se pueden adaptar a los distintos niveles educativos y sorprender a nuestros alumnos, poniéndolos en guardia y receptivos. ¿Existen mejores condiciones para abordar la enseñanza y el aprendizaje de las matemáticas?